Conoce al Padre Sergio Cobo

"Soy sacerdote y estoy feliz de ser sacerdote"

El Padre Sergio Cobo es sacerdote diocesano desde hace 16 años, Doctor en Teología por la Universidad Católica y catedrático de la misma.

Sintió fuertemente la vocación sacerdotal desde que tenía 12 años, esto inició gracias a su formación familiar, a la vida parroquial y a la educación que recibió en su colegio.

Sin embargo, el Padre Sergio antes de decidir entrar al seminario, pasó por la Universidad para estudiar Ingeniería Comercial, pero el Señor lo seguía llamando con insistencia. Finalmente dejó sus estudios en Ingeniería y terminó de confirmar su vocación cuando entró al seminario, “es una vocación que se me confirma día a día, soy sacerdote y estoy feliz de ser sacerdote”, compartió el Padre Sergio en entrevista.

Algunos de los hitos más relevantes en el caminar sacerdotal del Padre Sergio, han sido las visitas a los enfermos, siempre ha estado cercano a las pastorales de vida y salud, un espacio donde se siente fuertemente conectado con Dios y con lo que necesita de él. Además, prima las misas dominicales: “Para mí la misa del domingo es uno de los momentos pastorales más intensos e importantes, tiene una prioridad muy importante en mi sacerdocio y poder prepararla semana a semana y ser atingente lo que la comunidad necesita, es muy valioso para mí, la predica adquiere vida con los rostros”, expresó.

El Padre Sergio ha estado en 5 parroquias, la primera fue antes de ser sacerdote por un tiempo corto en Nuñoa, después como Vicario en Nuestra Señora del Rosario y posteriormente Vicario en Nuestra Señora de las Mercedes. Hace 9 años y medio ha sido el Párroco de San Carlos Borromeo, un paso que fue muy trascendente en su vida, ya que fue su primer Parroquia oficial y esto lo marcó.

Para el Padre Sergio es una alegría llegar a suceder al Padre Eduardo Howard a quien le tiene mucho cariño, y sobre todo siente mucha motivación por esta nueva misión que el Señor le ha confiado en nuestra parroquia y expresa el siguiente mensaje para toda la comunidad:

“Quiero llegar y hacer lo mejor en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, me motiva mucho la vocación de la parroquia, me inspira, porque es la Inmaculada Concepción como verdad teológica, una esperanza y una alegría, es una expectativa muy grande. Porque se da en María, que el Señor la llena de su gracia desde siempre y para siempre, y es en María donde uno puede comprobar el hecho de que un hombre totalmente abierto a la gracia puede dar frutos grandes… es decir, primero nos enseña la certeza del poder de la acción de Dios y por otro lado la capacidad del hombre cuando entrega su corazón y se produce la alianza entre Dios y el Hombre”.