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Nuestra Señora del Carmen
Mientras el superior general de los Padres Carmelitas del convento de Cambridge, Inglaterra, estaba rezando por el destino de su orden, la Virgen María se le apareció vestida de carmelita y acompañada de una multitud de ángeles. Llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano un hábito en miniatura, que le entregó diciendo: "Recibe hijo mío este Escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno". (Novena de Nuestra Señora del Carmen, Santiago, Carmelitas descalzos, 1942, pag. 30; Matte y Domínguez, El Escapulario del Carmen, pág. 9)
También en su aparición en Fátima la Virgen le habló a Lucía sobre el escapulario. De acuerdo al relato de dicha vidente, ella en su última aparición (Octubre, 1917, día del milagro del sol), se presentó vestida con el hábito carmelita, con el escapulario en la mano y en su mensaje recordó a sus hijos que lo llevaran con reverencia. También pidió que quienes se consagraran a ella lo usaran como signo de dicha consagración.
Cabe resaltar que lo singular de la aparición de la Virgen a Simón Stock – a diferencia de otras apariciones - es que la Virgen del Carmen aparece con su Hijo Jesús en brazos como su tesoro más preciado y como invitándonos, una vez que nos revistamos del escapulario, a que su Hijo, el mismo Dios, sea también nuestro tesoro. Porque la Virgen es camino hacia su Hijo, vía directa hacia Jesús; la Virgen nos presenta a su Niño para que le amemos y nos invita y ayuda a acercarnos a Él.
Fuente: Cofradía Nacional de la Virgen del Carmen
Av Vitacura 3729, Vitacura, Región Metropolitana
Teléfono: 22 208 1730
E-mail: secretariapinmaculada@iglesia.cl