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Detenerse y descubrir la acción del EspÃritu Santo en la vida personal y comunitaria fue la invitación de nuestra parroquia en la Vigilia de Pentecostés, realizada la noche del sábado 26 de mayo. Conoce aquà algunas reflexiones de lo vivido.
En un ambiente de oración y encuentro, jóvenes, adultos, familias y amigos participaron de cada uno de los momentos de la vigilia, preparada por la Pastoral Juvenil y por el Padre Eduardo Howard. A través de cantos, de la escucha del Evangelio y de los instantes de la eucaristía, la comunidad fue disponiéndose para acoger los dones del Espíritu en su corazón y orar para que ellos den fruto de vida en abundancia.
Cada momento del encuentro fue un espacio para mirar la vida y en ella la acción del Espíritu que nos mueve e impulsa a ser cada vez más mejores discípulos misioneros, al servicio del anuncio de la Buena Nueva a todos, especialmente, en este año de la Misión Joven, a los jóvenes de nuestro mundo.
Agustín Searle, de la Pastoral Juvenil nos contó cómo se vivió la celebración de Pentecostés. "Fue una vigilia donde vivimos momentos de mucha cercanía, en que a pesar del frío y la lluvia de la noche logramos vivir un ambiente de encuentro y acogida, muy parecido a lo que vivieron los apóstoles esperando la venida del Espíritu Santo, hubo mucha participación de la gente esa noche", explica.
Uno de los momentos que Agustín destaca durante la misa fue el espacio que el Padre Eduardo abrió para que los participantes compartieran lo que cada uno pudo reflexionar en su corazón. "Para mí, en lo personal Pentecostés tiene un significado muy especial, es una pausa en medio de las actividades que tenemos, el trabajo, la universidad, el colegio, etcétera, es como un momento de pausa en la vida que te invita a meditar profundamente. Me gustaría que todos los que participaron se hayan llevado el espíritu de comunidad, de pertenencia a un mismo lugar y unidad en el Señor".
Te invitamos a conocer lo que se vivió en la Vigilia de Pentecostés a través de nuestra galería fotográfica.
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