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Viernes 02 de Julio, 2021

¿Deberíamos decir «Señor mío y Dios mío cuando se eleva la hostia durante la consagración?

 


Litúrgicamente, especialmente en América Latina, la tradición de la Iglesia ha sido decir “Señor mío y Dios mío” al momento de la consagración, esta hermosa expresión fue dicha por el Apóstol Tomás, a quien celebramos este 3 de julio,  él incrédulo a la resurrección del Señor, expresa que creerá hasta que Jesús le muestre sus llagas y su costado y pueda tocarlas. Y así sucedió.

Esta es la primera proclamación de la divinidad de Jesús, dado que antes de la resurrección del Señor eran títulos proféticos como: “Tú eres el hijo de Dios, el salvador” “Tú eres el Cristo, el hijo de Dios vivo”, pero Tomás es la primera persona que llama a Jesucristo Dios públicamente.

Es por ello que es la expresión más apropiada para la elevación del momento de la consagración, sin embargo, aunque estas palabras sean muy adecuadas, deben decirse en silencio, son palabras que yo pronuncio repetidamente en mi corazón mientras dura la elevación, porque las normas litúrgicas nos piden que nosotros contemplemos al Señor la divinidad del Señor en silencio.

Fuente: EWTN




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