Son seis las personas que realizan el apostolado pero les gustaría llegar a ser más voluntarios y así acompañar a más pacientes en el Hospital El Salvador. Ricardo, Lía, Rosa y Verónica, entre otras personas, integran el grupo de misioneros de la parroquia Inmaculada Concepción que va evangelizando en las fronteras del dolor, la enfermedad y de la soledad.
Cada mañana de sábado los misioneros llegan hasta el hospital para comenzar una nueva jornada. Se reúnen a eso de las 10 de la mañana y luego de un momento de oración se dirigen a los pasillos del antiguo hospital para visitar a los enfermos. Esta obra se realiza al alero de la labor que las Hermanas de la Caridad desarrollan como comunidad religiosa en el hospital.
Adultos, jóvenes, ancianos; hombres y mujeres se encuentran en las habitaciones esperando recuperarse de algún accidente o enfermedad. "Hay personas con distintas situaciones, pacientes minusválidos que están por mucho tiempo hospitalizados y otras personas que están de paso, algunos vienen de provincia y hasta de Isla de Pascua. Hay mucha gente a quien ayudar, a quien trasmitir la palabra de Dios y a quien acompañar porque a veces están muy solos", comenta Lía Calonge, una de las de las voluntarias.
Cada visita es un momento íntimo con los enfermos, de respeto y conversación para saber cómo siguen en su enfermedad, qué sienten interiormente y hacer oración si es que la persona así lo desea.
"Esta misión te va llenado el corazón y no puedes dejar de venir, es una necesidad imperiosa por estar junto los demás y es bueno para uno mismo porque también encuentras el afecto de la gente y su fidelidad al Señor es una enseñanza que tratas de llevar a tu propia vida. Queremos que otras persona también comprendieran lo que esto significa", comenta Verónica Hevia.
Rosa Moreira, también participa del grupo y recuerda que un día mientras estaba en misa en la parroquia se enteró de esta obra y que se necesitaban personas dispuestas a servir. "Me inscribí y empecé a venir y puedo decir que es una experiencia muy enriquecedora porque uno aprende mucho de la gente. A veces nos quejamos de muchas cosas y no nos damos cuenta que tenemos todo; no nos falta ni las piernas ni los brazos entonces hay que dar gracias a Dios por los dones que nos regaló y ayudar a las personas que lo necesitan".
Ricardo Carrasco es quien coordina el apostolado de la parroquia en el Hospital Salvador. "Esta iniciativa partió hace un año. Son dos horas a la semana acompañando personas que se encuentran enfermas en el hospital. Estamos aquí por la voluntad del Señor, solo se trata de sentir su llamado y el Señor nos llama todos los días".
La invitación está abierta a unirse a este apostolado, así lo señala Verónica. "Los invitaría a que se dieran el tiempo un sábado que nos pudieran acompañar, mirando lo que hacemos para empaparse de lo que significa esta labor. Estoy segura que algunos se irían comprometiendo poco a poco".
Para conocer esta obra contactarse con Ricardo Carrasco al correo: rcarrasco@cdnmediagroup.cl