Jueves 27 de Octubre, 2022

Despedimos el Mes de la Familia con el último testimonio

“El verdadero vínculo es siempre con el Señor. Todas las familias, tienen necesidad de Dios: todas, ¡todas! Necesidad de su ayuda, de su fuerza, de su bendición, de su misericordia, de su perdón", Papa Francisco.

Octubre finaliza, por lo que también se cierra el mes en el que celebramos al núcleo fundamental de la sociedad. Es en nuestro hogar donde aprendemos a rezar y tenemos nuestros primeros acercamientos con Cristo y sus enseñanzas. Por eso es fundamental para el crecimiento espiritual, cuidar, proteger y cultivar la fe en la familia.

Familia Urzúa Sepulveda

Está formada por el matrimonio de Rafael y Bernardita, junto a su cuatro hijos: Horacio (11), Bernardita (9), Ignacia (7) y Lucía (6).

Ambos padres provienen de familias cristianas, por lo que se les inculcó de pequeños el asistir a Misa todos los domingos, rezar y mantenerse leales y cercanos a Dios. “Cuando formamos nuestra familia fue algo que naturalmente continuamos con nuestros niños”, relata Bernardita.

Afirma que para ellos este vínculo es el centro de sus vidas, su mayor alegría y que Dios es un miembro más. “Para nosotros la formación de la vida espiritual de nuestros hijos es un regalo y, además, una herramienta que les podemos dejar. Que tengan a nuestro Señor presente es el mejor regalo, la mejor herencia, para su presente y futuro”.

Bernardita considera que nuestra Parroquia Inmaculada Concepción es uno de los principales lugares donde han vivido la fe: “Ha sido un lugar de encuentro, tanto con Dios como con otras familias y personas que hemos ido conociendo en el camino”. Ella recuerda con mucho cariño al Padre Eduardo Howard, quien fue párroco de nuestra comunidad durante diez años, “él fue clave en nuestra mayor participación, nos conocía desde que pololeábamos, luego nos casó y bautizó a varios de nuestros hijos, y también nos invitó a la Pastoral Bautismal, de la que fuimos parte por seis años”.

Los invitamos a seguir orando por todas, para que el Señor ilumine con su amor y sabiduría su día a día.

También, agradecemos a todas las familias que nos abrieron las puertas de su corazón, para este ciclo de testimonios.