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También llamado “Domingo de la Alegría” nos recuerda que ya estamos cerca de un gran acontecimiento, la llegada de nuestro Salvador, por eso hay distintos signos que distinguen este día.
La primera palabra que se dice en el introito de la Misa es precisamente “Gaudete”, es decir, “¡Regocíjense!”.
Además, el sacerdote se reviste con casulla de color rosado y la Iglesia invita a los fieles a profundizar en el deseo de conversión, porque el Señor ha de llegar y todo debe estar bien dispuesto.
También se enciende la tercera vela de la corona de Adviento, la única vela rosada.
El color rosado se asocia a la belleza y a la serena alegría, en contraste al violeta o morado, que es signo de austeridad, actitud propia de las semanas de preparación para la Navidad.
Entre otros signos, el salmo responsorial del Tercer Domingo de Adviento, contiene una serie de alabanzas a Dios, que destacan las cosas buenas que hace: Él mantiene la fe para siempre, asegura la justicia para los oprimidos, da de comer a los hambrientos, libera a los cautivos, da la vista a los ciegos, etc.
¡Vivamos atentos y con regocijo la pronta venida de nuestro Señor, el Mesías, el Salvador!
Fuente: ACI Prensa
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