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Comienza el Tiempo Ordinario
La Navidad, una época marcada por los relatos de la niñez de Jesús, llega a su fin el lunes 8 de enero con la fiesta del Bautismo del Señor.
En este acontecimiento, San Mateo nos relata que “al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se le abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre Él en forma de paloma y oyó una voz que decía desde el cielo: 'Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias'".
De esa manera, el bautismo de Jesús en el Río Jordán es signo visible para la salvación de la humanidad.
Así lo explicó San Máximo de Turín, en el siglo V, al decir que "cuando se lava el Salvador, se purifica toda el agua necesaria para nuestro Bautismo y queda limpia la fuente, para que pueda luego administrarse a los pueblos que habían de venir a la gracia de aquel baño".
Es decir, Cristo es la fuente de toda pureza y si Él no nos lava, el pecado mantendrá su dominio sobre nosotros. Las aguas del bautismo tienen un profundo significado: vida nueva y libertad.
Con esta invitación a “nacer de nuevo” y con el inicio de la vida pública de Jesús, se inicia el Tiempo Ordinario donde seremos testigos de la misión, los milagros y enseñanzas del Hijo de Dios.
El Tiempo ordinario, donde predomina el color verde, se mantendrá hasta Cuaresma, momento de penitencia, conversión y preparación para la Pascua.
Fuente: ACI Prensa
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