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Un signo de comunión y unidad
Un hermoso relieve de madera se bendijo en nuestra parroquia, el sábado 18 de mayo, durante la realización de la Vigilia de Pentecostés.
El encuentro permitió orar, cantar y abrir el corazón a la Palabra, de manera de pedir los siete dones del Espíritu Santo para nuestras vidas y de esa manera, poder compartirlos en comunidad.
Luego de las lecturas y moniciones en las que participaron fieles de distintas nacionalidades, se dio paso a la celebración Eucarística.
Allí, el padre Javier destacó que todos necesitamos un don “para poder anunciar la Buena Noticia, con nuestro testimonio y sobre todo con el don de la unidad”.
Luego de la comunión, se descubrió el hermoso trabajo realizado por la talladora María Pía Rodríguez: Una paloma, en madera de raulí, con un resplandor de fondo que destaca 12 rayos, en madera de Coigüe.
Esta imagen nos acompañará en nuestra vida diaria para recordarnos e invitarnos a ser como el Cenáculo de aquel tiempo, en el que la Virgen María reunida con los 12 Apóstoles vivieron Pentecostés.
Además, las familias participantes, al igual que en las Misas del domingo, recibieron una llama de Pentecostés para cultivar el don que estaba descrito en ella.
Pidamos los siete dones para nuestra vida, en especial el don de la comunión y la unidad para nuestra parroquia. De esa manera, como en las primeras comunidades, las gente verá y dirá: “Miren cómo se aman. Miren lo unidos que están”.
Revive en imágenes esta inspiradora Vigilia de Pentecostés.
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