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Domingo 07 de Julio, 2024

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 1-6a

 


Domingo XIV del tiempo ordinario, 7 de julio 2024

Un profeta es despreciado solamente en su pueblo.

Jesús se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: ¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es ésa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros? Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo.

Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y Él se asombraba de su falta de fe.

Palabra del Señor.

Te invitamos a profundizar en el Evangelio con la reflexión presentada por Fray José Antonio Fernández de Quevedo, del Real Convento de Santo Domingo (Almería), España.

Ser cristianos nos pide ser siempre testigos de la verdad, a pesar de nuestras debilidades y aunque parezca que no se obtiene ningún resultado. Nos puede tocar ser testigos ante un pueblo rebelde y obstinado que no nos escucha. Pero la verdad, sea o no escuchada, tiene valor por sí misma. No debemos dejar de proclamarla.

Somos testigos débiles. Las debilidades podríamos usarlas como excusa o podrían movernos al desánimo. Pero también podemos leerlas como un modo de evitar la tentación de soberbia y encontrar en ellas una forma de unir nuestra vocación cristiana y nuestras miserias. Es la gracia de Dios la que nos hace testigos y ella basta.

Cuando de alguien conocemos su procedencia, quién es, cuáles son su vida y sus errores, somos dados a pensar o hasta decir ¡¿quién cree este que es?! El mismo Jesús empezó a enseñar en su propia tierra, entre los suyos, y nadie creía en él. ¡Qué difícil se hace identificar el rostro de los profetas entre quienes convivimos a diario!

Fuente: dominicos.org




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