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Un apostolado de amor y servicio
Verónica Hevia es una mujer católica que ama su Fe, es madre feliz de dos hijos varones y miembro activo de la Pastoral Social, en el Apostolado Misionero del Hospital Salvador de nuestra Parroquia. Los invitamos a leer este hermoso testimonio de amor y servicio.
El llamado
Verónica empezó a sentir dentro de su corazón inquietudes muy grandes. Ella expresa que sentía tener mucho amor para entregar, "yo quería entregar algo de mí, sentía que tenía que hacer algo diferente en mi vida", comentó. Hace dos años y medio, comenzó a tocar muchas puertas, intentando encontrar la respuesta al llamado que Dios le estaba haciendo, pero no obtuvo éxito, ella lo resume así:
"Toqué varias puertas, no sabía a donde dirigirme, no sabía cómo hacerlo y esto fue muy difícil, no es fácil hacer un voluntariado, porque la mayoría de las personas lo relacionan con entregar un servicio profesional o con ayuda económica, yo no soy profesional y tampoco quería entregar dinero, yo sentía que tenía que entregarme a mí".
Un poco decepcionada de aún no saber qué era lo que Dios le estaba pidiendo, entregó al Señor sus ganas de servir y se fue a escuchar misa. Justamente, ese día la Palabra de Dios hablaba de la entrega y la generosidad, por lo que en su homilía, el Padre Eduardo exhortó a la comunidad a ser parte del Apostolado Misionero del Hospital Salvador, para visitar a los enfermos y llevarles a Cristo. Este fue el momento en que Verónica supo cuál era su lugar, "me involucré con esta pastoral y desde el inicio sentí la fraternidad de esta parroquia, nadie me conocía y sin embargo, fueron maravillosas personas", expresó.
Su apostolado
Desde que Verónica encontró su apostolado, cada sábado, junto a la Pastoral Social, visita el Hospital Salvador.
Todo comienza reuniéndose en la casa de las Hermanas de la Caridad, el voluntariado inicia con un momento profundo de oración, donde todos piden al Señor que los ilumine para poder ser instrumentos de su amor y su presencia.
La Pastoral Social en su Apostolado Misionero, trabaja con el departamento de “apoyo espiritual”, que es parte del Hospital Salvador, y tienen asignada la parte de cirugía, es decir, todos los enfermos que se encuentran en situaciones de intervenciones quirúrgicas.
Estando con los enfermos, los miembros de la Pastoral conversan con ellos, los escuchan, los hacen reír y atienden sus necesidades espirituales. Lloran con ellos, rezan con ellos, y sobre todo, confían en que la Gracia del Espíritu Santo se derrama sobre ellos, a fin de ser un instrumento de Cristo.
Su amigo Luis, una historia que dejó huella
Entre los enfermos del hospital, Verónica encontró a uno de ellos muy especial, este se llamaba Luis, era un hombre joven, Padre de familia y tenía cáncer de estómago, razón por la cual estaba constantemente internado. Ella se acercaba a él para darle consuelo a su alma, llegaron a profundizar en el sentido de la vida y de cómo una enfermedad puede transformarlo todo. Su amistad creció durante dos años, gracias al acompañamiento espiritual que la Pastoral realizó con él.
Luis finalmente falleció, sin embargo para Verónica, el recorrido que realizó con él en esta etapa final de su vida, dejó una huella imborrable, Luis le enseñó del dolor y de cómo alguien puede estar constantemente esperando su regreso a la casa del Padre.
Lo que motiva a Verónica a participar en la Parroquia
“Dios es muy bueno, Dios me va motivando, porque cuando uno se entrega a su voluntad, Él va llenando el corazón motivándolo cada vez con más fuerza, lo que yo hago es muy poco, o es nada, yo quisiera poder darle mucho más, tener más tiempo para poder entregarle lo mucho que me da”, expresó Verónica.
La vivencia en el Apostolado Misionero del Hospital Salvador, así como su participación en las actividades de la Parroquia, han inspirado a Verónica a llevar el apostolado a todas las áreas de su vida, empezando por el testimonio en su propia familia y después en su lugar de trabajo, porque ella dice que Dios toca toda su existencia..
La invitación
Finalmente, Verónica nos comparte la invitación a ser parte de la vida de la Iglesia, a ser parte del mundo bajo el testimonio de Cristo: “Uno tiene tanto que agradecer a Dios por todo lo que nos da, y poder pertenecer a una comunidad parroquial como la que tenemos el privilegio de gozar, es un gran incentivo para participar del gran proyecto de Dios y de la Virgen, por eso creo que no debemos tener miedo, hay que lanzarse, hay que acercarse. Nuestra Parroquia es rica en actividades, en testimonio, en servicio, en fraternidad, por eso yo los invitaría a involucrarse con el corazón, porque Dios siempre va a recompensar lo mucho o lo poco que le entreguemos”, compartió.
Los invitamos a ser parte de los proyectos pastorales que nuestra Parroquia realiza.
"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota"
Beata Teresa de Calcuta
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