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Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.
Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?”
Él les respondió: “¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?”
Ellos dijeron: “Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella”.
Entonces Jesús les respondió: “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, “Dios los hizo varón y mujer”. “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne”. De manera que ya no son dos, “sino una sola carne”. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”.
Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.
Él les dijo: “El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio”.
Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo:
“Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”.
Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.
Palabra del Señor.
A continuación, te invitamos a reflexionar con la guía de Fray Antonio Gómez Gamero del Convento de San Vicente Ferrer, Valencia.
El evangelio de hoy se sitúa en la última etapa del camino hacia Jerusalén. En esta sección nos presenta tres enseñanzas: sobre el matrimonio, sobre la actitud ante los niños y sobre las riquezas. El evangelio de hoy abarca las dos primeras enseñanzas.
La enseñanza de Jesús sobre el matrimonio se nos ofrece con motivo de una de las múltiples controversias de Jesús con los fariseos.
Más allá de la habilidad dialéctica que demuestra Jesús en su diálogo con los fariseos, Jesús nos propone considerar ante una crisis matrimonial el proyecto creacional de Dios sobre el ser humano, basado en el amor y en la fidelidad durante toda la vida.
En una época en la que son frecuentes los divorcios y separaciones, es bueno recordar el proyecto de Dios sobre el ser humano y su comunión de vida en el matrimonio. Quizá en muchos casos puede ser un buen referente para ayudar a superar crisis y conflictos de convivencia.
Profundiza en la reflexión AQUÍ.
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