Lunes 28 de Marzo, 2016

Una Semana Santa en búsqueda de la Misericordia

La Semana Santa se vivió plenamente en la Parroquia en todas sus diferentes actividades. 

Fueron muchos quienes quisieron vivir este tiempo de encuentro con el Señor tomados de su mano en cada uno de los momentos de este importante tiempo litúgico de la Iglesia. 

El día Jueves Santo celebró la Misa de la Cena del Señor y posteriormente hubo adoración al Santísimo hasta las 12 horas. En los diferentes momentos, los asistentes se pudieron encontrar con un Señor cercano que nos llama como a sus discípulos a acompañarlo en la intimidad. 

El Viernes Santo, el Padre Eduardo entregó un retiro centrado en el Año de la Misericordia, en donde llamó a todos los que fueron a tomarse en serio este Año Jubilar y a reconocer a ese Dios misericordioso tanto en el antiguo, como en el nuevo testamento, además de verlo en la vida de cada uno. Además el Padre recalcó la importancia de pedirle con fuerza a Dios corazones nuevos parecidos al de Él, que murió por nosotros en la cruz. Además se realizó el via cruvcis por las calles aledañas a la Parroquia. 

La Vigilia Pascual la celebramos el Sábado Santo, día en que esperamos con ansias la resurrección del Señor. Fueron muchos los asistentes quienes silenciosamente y con las velas encendidas escucharon las siete lecturas del antiguo testamento, propias de esta celebración.  

En la homilía el Padre Eduardo Howard, nuestro Párroco se refirió a la certeza de creer en un Dios que no nos deja:

"Dios está siempre con nosotros. Dios no nos abandona. Dios es un Dios misericordioso y camina con su pueblo. Nuestra primera convicción pasa por creer en Cristo, creer que Dios está a nuestro lado. Dios acompaña siempre a su pueblo, siempre a nosotros. Y esa compañía de Dios se manifiesta en forma de extraordinaria y plena en la resurrección de Jesús. Dios no abandonó a Jesús, no lo dejó en la muerte sino que lo resucitó. Lo rescató de la muerte y lo hizo vivir para siempre. La muerte ha sido vencida. Dios siempre tiene la última palabra y la palabra de Dios es siempre una palabra de vida". 

Además, recalcó la importancia de pedir la misericordia en este importante Año Jubilar:

"La vida nueva pasa por convertir nuestro corazón en uno más misericordioso. Sin juzgar, sin condenar, siempre perdonando. Así vivió Jesús. En eso nos van a reconocer como discípulos de Jesús, en que tengamos un corazón misericordioso como el suyo". 

Finalmente, el Domingo de Resurrección celebramos la Pascua del Señor con alegría y gozo en los diferentes horarios de misa. 

¡Que la alegría de la resurrección de Jesús permanezca en nuestros corazones y que la misericordia de Dios nos trasforme en verdaderos seguidores de Él para llegar al Padre!

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