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Conoce el testimonio de Marcela Reyes, voluntaria en el Hogar de Ancianos de la Fundación Las Rosas
Ya les hemos contado que llevamos algunos meses visitando, junto a diversos grupos de personas, el Hogar de Ancianos Nuestra Señora de Guadalupe de la Fundación Las Rosas en la comuna de Independencia. Una bella experiencia que sin duda, ha tocado de manera espacial a muchos de los participantes, sobre todo en este Año Jubilar de la Misericordia.
Una de ellas es Marcela Reyes, quien participa hace ya un mes y medio visitando el hogar una vez a la semana. Decidió unirse al grupo porque se sintió conmovida con el llamado del Padre Eduardo Howard a participar: “El habló de las innumerables necesidades que tenían los ancianos y que el personal no daba abasto y no podía quedarme indiferente”.
Cree en la importancia de acompañar a los adultos mayores, sobre todo por la soledad en la que se encuentran: “Siento que es importante acompañar a los ancianos, y en especial a estos, porque son personas que llevan una vida muy triste, con muchas limitaciones físicas y mentales. Son personas humildes que han luchado toda su vida y ahora se encuentran vulnerables y solos, a muchos no los visitan, se han olvidados de ellos. Ellos agradecen a través de sus miradas, gestos y sonrisas el que se les trate con dignidad, cariño y amor”.
Marcela siente un cariño muy especial por los adultos mayores, es por eso también que se incorporó a este voluntariado: “Yo siempre he sentido un gran respeto por los abuelitos. Son personas que han dado tanto en su vida. Pienso que debe ser muy doloroso verse limitados y tener que depender de otros para las cosas más básicas de realizar. Muchos sienten que son una carga para los demás y eso les causa mucha tristeza. No me olvido que muchos vamos para allá”.
Para ella la experiencia ha sido muy significativa y se siente agradecida de poder tener esta oportunidad: “Me ha marcado mucho el estar cara a cara con el dolor y el abandono de estos ancianos. Creo que cuando hacemos el bien a otro, los más beneficiados somos nosotros. Si bien nos encontramos con el sufrimiento y dolor de estos ancianos, produce mucha alegría sentir que uno puede aliviar parte de éste. Además de alivianar el difícil y duro trabajo del personal”.
Finalmente, Marcela cree que este tipo de acciones deberían realizarce siempre, pero más aún en este Año Jubilar en el que el Papa ha sido tan enfático en invitarnos a hacer el bien por los demás: “Vivir la misericordia nos hace experimentar el Amor de Dios. El papa Francisco ha hecho hincapié en esto. Pienso que un verdadero cristiano tiene que hacer vivo el evangelio. Es necesario salir de nuestra comodidad y entregarse a los demás. Estoy segura que eso es lo que quiere Dios”.
Los invitamos a que se entusiasmen y participen de las visitas al Hogar de Ancianos Nuestra Señora de Guadalupe de la Fundación Las Rosas. Nos reunimos los miércoles y los viernes a las 11:00 en la Parroquia.
Como pueden leer, es una experiencia maravillosa de amor de Dios, de entrega de cariño a los que tanto nos han entregado en esta vida y una manera de hacer viva la misericordia en este Año Jubilar.
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