Jueves 26 de Mayo, 2016

"Me admiro de que ellas, con su edad, tengan ganas de ir a la Parroquia a compartir en torno al evangelio"

Compartir experiencias, ideas, reflexiones y acompañarse por Dios y con Él en torno al evangelio, es lo que el grupo de las Maxilolas hace en la Parroquia. 

Está compuesto por mujeres entre los 70 y los 90 años de edad y se reúnen los viernes cada 15 días, desde las 16:30 hasta las 18:00 horas. 

El grupo nació ya hace muchos años por una necesidad de reunirse a conversar sobre la Palabra y acompañarse mutuamente en ella y hoy ya son un grupo de hasta 15 mujeres que ya son amigas y compañeras de vida. 

Aracely Pinochet es la más joven del grupo y la que además, las dirige. Tiene 63 años y participa en la Parroquia hace más de 10. A cargo de las Maxilolas está sólo hace 3 años.

Para ella compartir la fe tiene un significado muy especial, ya que, hace años se formó como misionera laica y trabaja en otras parroquias en eso. Siente que quizás justamente por su experiencia en el conocimiento de la Biblia fue que la invitaron a este grupo, del que primero fue solo una participante más, para luego estar a cargo. 

La reunión se estructura de la siguiente manera: se hace una oración inicial y luego se lee el evangelio del siguiente domingo y se centra en algún comentario que Aracely prepara previamente. Luego se reflexiona y se entrega un espacio abierto para que cada una pueda aportar con su visión. "Se producen discusiones, ellas expresan sus dudas, entregan consejos, cuentan experiencias, etc. Es un compartir en torno a la palabra de ese domingo", explica la guía del grupo. 

 

 

Para Aracely ha sido una experiencia de mucha alegría en la contemplación:

"Me admiro de que ellas, con su edad, tengan ganas de ir a la Parroquia a compartir en torno al evangelio. Me produce algo bueno, alegría y positivismo. Lo encuentro casi heroico. Se esfuerzan muchas hasta físicamente por ir. Es tan bueno, que me entusiasma a participar cada vez más". 

Las Maxilolas están supér dispuestas a seguir recibiendo señoras entre esas edades para reunirse en torno al compañarismo y las enseñanzas del evangelio. Están todas invitadas a participar y las esperan con los brazos abiertos y el corazón dispuesto a encontrarse con el Señor.