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Caridad, ayuno y arrepentimiento de corazón...
Nosotros los católicos empezamos con el _Miércoles de Ceniza_ la celebración del tiempo litúrgico de Cuaresma, este año corresponde al día 1 de marzo. En este sentido, el constante llamado del Papa Francisco nos invita a tener nuestras manos llenas para entregarle nuestro trabajo al Señor. Un trabajo que si lo seguimos y practicamos, vamos a vivir realmente la transformación como discípulos de Cristo.
¿En qué consiste este trabajo del que hablamos?
Durante el periodo de cuaresma estamos llamados a alcanzar una transformación en nuestra vida. Es un momento de cambios que deben ser efectivos, no deben solo limitarse a vivir el periodo de acuerdo a nuestras tradiciones, que si bien son lindas y emotivas, no podemos quedarnos ahí ni debemos limitarnos a buscar la ceniza el miércoles y los viernes no comer carne.
Este periodo es la remembranza de los 40 años de peregrinación por el desierto del pueblo de Dios. Nos prepara para la misión a la que somos llamados, así como Jesús lo hizo cuando fue guiado por el Espíritu Santo al desierto durante 40 días de ayuno y reflexión, momentos qye lo prepararon para enfrentar las tentaciones del demonio.
Entonces… ¿Cómo prepararnos para vivir mejor la Cuaresma? la Iglesia siendo la esposa de Jesús nos llama a la Caridad, al ayuno y al arrepentimiento.
La CARIDAD nos llama a servir a los demás, a no solo pensar y actuar para nosotros, sino que podamos servir a nuestros hermanos y especialmente los más necesitados, ayudar en lo que podamos y si no tenemos tiempo, hacerlo con una contribución económica para que otros den el tiempo que no tenemos y hagan las obras de caridad que necesita nuestra sociedad.
El AYUNO debemos hacerlo como un sacrificio a Dios, no solo como una tradición, sino comprender con consciencia de que lo estamos haciendo para mostrar un pequeño sacrificio de amor a nuestro Padre. El ayuno, no necesariamente tiene que ser no comer hasta el almuerzo o durante el día, este se puede traducir en alguna cosa que sacrifiquemos y que nos cueste mucho trabajo realizar.
Finalmente el ARREPENTIMIENTO, porque para poder refugiarnos en la misericordia infinita de Dios, debemos tener un corazón sincero y arrepentido, hacer un buen examen de consciencia y entregar nuestra vida a la voluntad del Padre.
La Cuaresma en un gran evento espiritual para nosotros los católicos, es un periodo de preparación para vivir la semana Santa que debe entonces llevarnos a un acercamiento a Dios a través del Hijo con la ayuda del Espíritu Santo.
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